Crítica: The brutalist (2024)- Brady Corbet
The Brutalist (2024), dirigida por Brady Corbet, es una obra intensa, quizá extenuantemente larga para algunos. Antes de los créditos, se nos anuncia una pausa intermedia de 15 minutos, lo que me trajo nostalgia, ya que cuando era niño vi una película con una pausa similar y pensé que lo había imaginado...
CRÍTICAS PELÍCULAS
Santiago Caballero
3/3/20251 min read
The Brutalist (2024), dirigida por Brady Corbet, es una obra intensa, quizá extenuantemente larga para algunos. Antes de los créditos, se nos anuncia una pausa intermedia de 15 minutos, lo que me trajo nostalgia, ya que cuando era niño vi una película con una pausa similar y pensé que lo había imaginado. Ahora sé que fue real, aunque aún no recuerdo qué película era. Sin embargo, cada minuto de The Brutalist vale la pena, ya que logra sumergirte en la historia y hacerte experimentar la vida de László Toth, interpretado magistralmente por Adrien Brody.
La historia se narra con un estilo casi documental, lo que le da un tono realista. Nos cuenta la llegada a Estados Unidos de un arquitecto judío nacido en Hungría que logró sobrevivir al Holocausto.
El desarrollo de la película, potenciado por su impresionante fotografía y el impacto visual del brutalismo (el estilo arquitectónico que ejerce László), la convierte en una obra auténtica. Cuando el protagonista recibe el encargo de una influyente familia adinerada y descubre los oscuros secretos detrás del proyecto, la trama se vuelve aún más intrigante.
La primera mitad del filme transcurre de manera íntima, sumergiéndonos en la historia, los recuerdos y el sufrimiento del protagonista. En la segunda mitad, los conflictos se desvelan y la tensión aumenta, logrando que las casi tres horas de duración pasen de forma sorprendentemente fluida.

